
Hoy me quito esas gafas tras las que muchas veces nos sentimos protegidos. A veces de forma literal, y otras metafóricamente.
Hoy no vengo a hablar de forma directa de TEA, de peques, de logopedia, de conductismo, de educación… Bueno si, de educación siempre, porque educación es todo lo que nos rodea. Y precisamente la educación es uno de los condicionantes que nos lleva a pensar como pensamos y actuar como actuamos. Por ejemplo nos lleva a creer que exponerse y sincerarse es ser menos profesional. Hoy paso por aquí para seguir «rompiendo» miedos (los míos), y para animaros a todos los profesionales, y a todos los papás y mamás a buscar ayuda.
«Yo no necesito ayuda». «¿Ayuda para qué?». » Yo estoy bien». Algunas de estas preguntas y afirmaciones me las he hecho yo. “Yo estoy bien”, “mi profesión es ayudar; ¿cómo voy a buscar yo ayuda?”, “¿qué pensarán de mí?”. ¿La ayuda no la buscan aquellos que se presupone tienen problemas?.
Pues bien, aunque era reacia a escribir algo tan personal en mi web y en mi instagram profesional, me he dado cuenta que al fin y al cabo soy la misma persona, y me he dado cuenta que esto va precisamente de profesionalidad.
Hace dos años y medio decidí dar ese salto que a tanta gente atemoriza como es dejar un trabajo estable. Desde entonces me «permití» (que palabra más bonita) descansar, viajar y sobre todo escucharme. Desde esa escucha llegó «mi momento» (se dice que cada uno tiene su momento de despertar) de entrar poco a poco en el desarrollo personal y el autoconocimiento. Lo hice de la mano de @borjavilaseca y sus enseñanzas. Que puedo decir de él que no se haya dicho ya. Me cautiva la humildad con la que comparte sus conocimientos, y el humor desde el que expone sus ideas. Al fin y al cabo ni ser humilde ni tener humor resta rigurosidad ni debiera castigar la profesionalidad. Rompamos tópicos!
Tras escuchar, ver y leer, sabía que tenía que hacer algo más. Y seguí rompiendo ese miedo a mostrarme y a ser. Y lo he hecho de la mano de una gran coach @lourdes.mdelgado quien me ha guiado especialmente a través de la escucha empática, y esas preguntas tan acertadas.
No soy una persona que haya tenido problemas más allá de los habituales. Considero que mi infancia la pasé feliz junto a una familia comprensiva y amorosa. Mi juventud fue genial! Una época ideal para hacer locuras y descubrir el mundo. Y en mi vida adulta todo fluye en la más absoluta normalidad. ¿Entonces? ¿Por qué acudir a un coach?. Todo fue una mezcla entre mi curiosidad profesional por ver desde dentro que era ser coach (pues me planteaba hacer alguna formación al respecto), y mi inquietud personal por ahondar más en mí.
Tras 4 meses de bucear en mi pasado, de pescar emociones, de asustarme por el paso de las aletas del miedo, las picaduras de la incomprensión, los tentáculos de la autoestima… Todo empezó a tomar forma. Las piezas empezaron a encajar.
Y ahora finalizado el proceso y sin querer ya nunca más separarme de este sendero, animo a todos a buscar esa ayuda.
Solo conociéndonos a nosotros mismos, podremos ayudar mejor al otro. Considerémoslo una herramienta más como profesionales, ¡Sin lugar a dudas!
Como suele decirse: «Hazlo! Y si tienes miedo hazlo con miedo!». Os animo a dar el paso para (como dice Borja Vilaseca) …estar «encantados de conoceros».